Ultimo Deseo. Gonzalo Osses Vilches
Ha muerto el hombre que yo fui,
te lo prometo,
incluso siento pena por él;
tan falso,
incluso siento pena por él;
tan falso,
tan cruel,
tan bohemio,
tan absurdo en su vivir,
tan absurdo en su vivir,
tan grotesco.
Ha muerto hoy,
Ha muerto hoy,
pero es para mejor.
Rescatemos de él lo poco que era verdadero;
el amor por su trabajo,
Rescatemos de él lo poco que era verdadero;
el amor por su trabajo,
su falta de dinero,
la pasión con la que de ti
la pasión con la que de ti
me hablaba a cada momento.
Murió, pero se fue contento.
En sus labios tenía tu nombre,
Murió, pero se fue contento.
En sus labios tenía tu nombre,
junto al sabor de la culpa,
en sus ojos,
en sus ojos,
el paisaje más sereno y en su boca
un último deseo:
darte al volver un abrazo sincero.
Y yo, que soy quien escuchaba
darte al volver un abrazo sincero.
Y yo, que soy quien escuchaba
su añoranza por tus besos,
debo esperar tu regreso,
debo esperar tu regreso,
tras ocho meses de silencio,
darte el abrazo que te debo
darte el abrazo que te debo
y dejar atrás al que ha muerto.
No lloraré,
No lloraré,
ya habré llorado todas las lágrimas
que le debía a la vida.
No dudaré,
No dudaré,
las dudas no existirán
si veo en ti una mínima sonrisa.
No soñaré,
No soñaré,
pues mi más grande sueño
se estará cumpliendo.
Y renaceré,
Y renaceré,
para reinventar el amor
que había inventado para ti.
Sí, porque a partir de hoy,
Sí, porque a partir de hoy,
te amaré por los dos,
pues te confieso que yo,
pues te confieso que yo,
cuando él me hablaba de ti,
también...
también...
¡también te amaba en silencio!
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